Esperas
Te pregunto lo que no debo estremecer preguntando. Te oscurezco lo suficiente: amor en luz. Le sonreís al vacío. Le gritás al placer desde tu piel: hembra refractaria. Te abrazo el nunca que se va haciendo dócil. Me mirás desde lejos. Más lejos todavía. El espejo nos retuerce las manos. No es un espejo real. Nos acariciamos los contrasentidos y los muelles. Sólo un pedacito de espejo como una hostia en la boca. Y se nos crispa la espera. Las bocas cortadas de besarnos ausentes. Sangre de esperar soles ciegos. Nadie espera a nadie. Pero la piel pregunta. Y nos abrimos las puertas. El abrazo se cree árbol afuera y adentro. No se desmiente ese vacío. Ni tierra ni cielo. No se disimula la tristeza de ciertos objetos que nos escupen a la cara. Y me preguntás por el comienzo de todo estremecimiento.
Foto unsologato. (Plaza Alemania, Baires)