Hoy sí.
Hoy sí, mañana tampoco, el entonces un poco desmembrado a cielo despavorido: cuerpo a cuerpo del inmóvil. O la cópula frágil del violón y el clavier en distancia de suficiente domesticidad. Pero el nunca del alcohol nocturno resucitador de estrellita de constelación apócrifa. Así como entra y sale de lengua en lengua pro silencio. Saliva vertiginosa hasta que cambia el ritmo de la fornicatura dodecafónica, con o sin entrada de orquesta a pleno. Pero el charco seguro de sudor al borde del lecho donde la navegación de los camaradas elige siempre puerto de aguas profundas para ahondar la noche. Un vasito de vodka psicopompo y sonrisa pintada en la cuadragésimo tercera pared izquierda del laberinto. Aunque quisieras que la hembramada se abrazara a tu pecho con viñetas de un cristo de messiaen. La única hostia en ese laberinto es la piel del otro.
Foto unsologato.
2 Comments:
Pero qué bien, poeta.
Y hoy también.
Sí.
Otra hermosísima foto -y no suelo abundar en elogios-.
Y el texto.
Bien, poeta.
Y hoy también.
Sí.
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