Tierra

Tierra donde no crecen manos. Manos sin tierra en los bolsillos agujereados. Tierra sin brotes de gorrión asmático. Gorrión sin cielo del abajo. Más abajo del labio de no besar. Tierra sin beso ni pala ni arado. Manos que trazan círculos en tierra de no decir. Tierra de no preguntar por el ojo crucificado. Futuro de negaciones. Tierra costera con barco varado en la mano extendida. Tierra que no amamanta corderos de dios ni sillas de ruedas que no dejan huella. Ninguna huella bípeda implume ni sombra de cruz o gorrión. Sólo huellas de sed y cielo del no decir. Cielo quebrado en piel dura. Tierra sin ojo de muerte. Tierra donde no crecen manos ni bocas.

Foto unsologato.

Otra espera con Kawabata

La flor del principio no es la flor del final. (Advertencia funeraria inscripta al pie de la columna)
La esfera de cristal más cerca del borde inquieto, sin sabor de té. Té de ceremonia diezmada. El abrazo del más cercano. Cierto grado de deshidratación. La isla de siempre que no es Zipán. Negación de las piernas que aumentan la velocidad si se menciona la muerte. La muerte de cualquier objeto cotidiano: una taza blanca, la hoja que trae la marea y nunca llega a la orilla.
Intentar la foto desde otro ángulo. Imposiciones de la luz.
Ese fondo de asco y miedo que la espera lleva en sus pétalos. Flor que no se acurruca en el ojo ni en la palma de la mano abierta.

Foto unsologato.

(Singladura 4877)

Hasta que las negaciones de papel acero y pantalla líquida sumen manos mejillas y pieles que abran el pecho a otras condiciones de luz-corazón aunque se exija menos imantación de las calaveras que tiendan a mantener la sonrisa del lado de adentro del labio que no besa la cantidad exacta de saliva bordeando la copa rebosante de agua en lo que nunca fue un desierto sino mesa blanca en el rincón de la habitación donde ella abre su sexo al fuego que la lleve donde las negaciones de papel acero y hueso se disuelvan en sí mismas y ya no importen los materiales del abrazo o de la fuga.

Foto unsologato.