Oscuridades parciales del Concerto grosso Nº 2 de Alfred Schnittke.
De todas las oscuridades, que no implican deseo de cielo, elegir la menos destructiva para los labios. El beso puede ser lo único que importe en estas coordenadas de desasosiego y de musgo. Después, besar la nada de cada uno. Y esperar. Esperar alambres de púas o lámparas de papel al borde del acantilado. Esperar desnudo que se abra un libro donde no aparece ninguna de estas frases. Aunque todo sea palabra que busca su reverso de piedra. Mar que repite el horizonte como una forma del cansancio. Entonces ir diciendo el miedo de cada hoja sin llegar a ser árbol. Y dejarse caer en esa boca que se ha llenado de luz…
Foto unsologato.