Abrazo y luz
Hoy no te va a abrazar con piel de cemento. No te va a abrazar con lana de leche invernal. Sólo te va a mirar de lejos. Con los ojos cansados. Aún más lejos: orilla de plumas negras muelle de huesos. O desde su habitación circular sin ventanas de cielo. Hoy no te va a pedir que la abraces desnudo lamiendo sus tacos agujas clavados en tus venas. Habrá otro aire. Un aire saturado que retorcerá el metal de las puertas y de la caja de seguridad donde has guardado tierra antigua y un gato momificado. Ese metal traspasará tus pulmones. Ese aire de navaja te dejará mirar el cielo. Todo el cielo. Desesperadamente abiertos los ojos, por toda la luz que se acaba.
Foto unsologato