Ojo de otro animal
Sin respirar la pregunta que abra el círculo. Antes que el acero y la piedra sean los únicos materiales posibles. Y las geometrías del exceso nos aseguren la destrucción de una pared del corazón. Las necesarias durezas se exploran con piel de pájaros insomnes. (Tal vez los de Messiaen). Ombligo inundado de sudor o agujero que la luz no traspasa por temor al futuro. Ni claraboya ni ojo de buey sacrificado en altar de amantes. El animal acecha desde el abrazo. Destino circular que se completa en el vaivén de la cópula que la luz necesita para soñarse humana.
Foto unsologato.