miércoles, enero 24, 2007

Posibilidad de un autorretrato.

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Decir la luz sin vueltas. Pero contradecirla lo suficiente. Arrinconar el silencio donde ella quiera. Ella, que sabe la piel de la ausencia. Ella, que no pregunta por los ojos de la noche cuando hay batida de lágrimas. Y dejarse llevar en brazos hasta los ojos más lejanos del sí mismo. O del nadie. Y las preguntas de cualquier reflejo que no quiere seguir simulando una alegría de pájaros ciegos. Una frente de preguntas. Dos mejillas de respuestas vanas. Como si una sola ventana bastara para abrir el juego de las intemperies. El juego de un rostro que es interrogado entre geometrías blancas. Todo para saber y no saber lo que la luz quiere decir del aire. U otra boca sin agua. Y nunca diciendo lo suficiente. Y el silencio de los ojos que alcanza hasta la noche, en que vuelve a preguntar por el rostro que ama…

foto unsologato.

martes, enero 16, 2007

20 pétalos de flor omnívora

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…de contar impacientes oscuridades. Ambos desnudos. Y el agradecimiento. Pasados por lágrimas. Manos y brazos que sostienen el temblor. Bocas que humedecen la luz. Y la piel abriendo flores omnívoras. Pero no digas semejantes claridades en medio de la espera. Agradecer también la herida. Y el vino de la tarde. Y los sexos chorreantes. Y la cópula de todo lo que existe. Y la conjura de la bestia. Exorcismo del aire en respiración agitada. No tan oscura la sangre. Ni el fantasma que pregunta. Y agradecer los cuerpos unidos. Y el grito de la luz en los cuerpos. Paredes blancas entre sábanas blancas. Haciéndonos luz en medio de la herida…

Foto unsologato

miércoles, enero 10, 2007

Inclinación del horizonte

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Quizás todo sucedió para que se cumpla el oráculo de un cangrejo. O se completara la visión del catalejo en el delirio del pez volador. Envolviéndonos en una manta de silencio arenoso y aceptación salina. Cardumen de sudores y afanes natatorios. Navegándonos cuerpos navíos que nos regresarán al naufragio original de la especie.

La carta en la botella se demoró doce años en llegar hasta los ojos del salvaje en esa orilla lejana. Desde entonces todo sucedió como fue escrito en la arena con caligrafía de huellas de gaviotas que nunca supieron de nuestra existencia, ni del insaciable futuro.

Los amantes son siempre náufragos que tienen el poder de inclinar el horizonte en la danza de los cuerpos cuando abarcan todo el mar y todo el cielo.


Foto unsologato.

jueves, enero 04, 2007

Relojes de arena del laberinto

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Sincronizar los relojes de arena según lo exigen los cuerpos. Arena húmeda cayendo uno en otro. Y el ojo del tiempo dilatando la piel. Piel abierta en paredes blancas. Mesa blanca, donde los cuerpos igualan los manjares de la tierra. Ver adentro del otro cada vez más hondo, el salvajismo y la ternura. Ver más allá, cuando el milagro acecha. Basta una mirada de árbol. Y los oráculos ahuecando las manos. Abrazo desnudo: cicatriz de luz en dos ventanas. Paredes blancas para reescribir el tiempo en que los amantes de arena derrotan el laberinto.

Foto unsologato.
El Tiempo Buenos Aires Aerod.