Dificultad

Risa atragantada. La boca seca. Más de lo mismo. Y no culpar de ceguera a la mismísima oscuridad. Aunque lucecita al fondo de esa boca. El beso agitado. El beso perfecto en humedad y olor precopulativo. Y la garganta apretando el aire del despojo. Elogio de la incertidumbre. Mejor silenciar las bestias propias que muerden la risa. O abrazarse el sí mismo en ese silencio. Bestia silente. Y que nadie diga esa tristeza que viene de lejos. Aunque todo suceda sin mirar hacia delante. Donde las perras preguntas siguen ladrándole al aire en su transparente asfixia.

Foto unsologato.