Juego de manos

Dedos aún adheridos a la mano. Dedos que se mojan en apertura saturada. El insomne no cuenta gotas de lluvia que atraganten ese ombligo. Escalera caracol o escalera pezón: ni ascenso ni descenso. Pecho infierno cien volando: no gorrión de niño raso, sonrisante niño. O tal vez, aneurisma más pleno. Los mismos labios de arriba y de abajo: beso escoba, beso estiércol, beso escara. Filo de cuchillo sin piel: ni mejillas, ni gargantas. Sólo el tatuaje: cenit hueso orquídea. Correr desnudo calles viscosas, calles asqueadas de gente. Sinsabor de boca que no traga toda esa blancura sosegada de pared en pared. Sumar manos cortadas con lenguas de otros agujeros. Amputaciones del aire: seguir respirando garra prístina. Caricia axial genital de vidrio negro. Negro el vidrio que acaricia los dedos aún adheridos a la mano.

Foto unsologato.

(Rectángulo 5338)

Recuperar el rectángulo con un leve movimiento de la mano. La mano sin cuchillo. La mano sin piel. Lo que está adentro y más adentro de cualquier geometría desesperada. Cuerpo que no se hilvana en el intento de permanecer en uno de los lados posibles. Lado sin nombre. Lado sin espejo. El rectángulo se mueve sin piernas, sin vientres. Los pies en la ventana donde el sol mea a los pájaros. Tristeza de un vértice meridional que tampoco se clava en el cielo. Alfiler lanzado por una boca que babea círculos apócrifos. Lentitud de un charco de sangre para reflejar un rostro desconocido. Rectángulo abierto en transparencia sin objetos. Rectángulo sin voluntad del pecho con árbol.

Foto unsologato