sábado, noviembre 27, 2010

43 cicatrices de cumpleaños



Antes eran albatros que cumplían mares de años, mares de ínsulas sobrevuelo de plumas blancas variopintos naufragios. En la actual no-viembra la cara mutó fantasmal. La propia historieta untada con jalea de incertidumbre radical. Ma non troppo. Porque lahembramada pintó cicatrices negras para jugar noches de placer extremo expanto. Hasta que un goce vencido lo arroja al fondo de su propia náusea musical de obsesiones. No sabe si Bach o Messiane, pero sí piano vaginal y un único violín alucinatorio: cópula ritual perfeccionada con cada paso rasante del albatros sobre un mar de cemento que simula la nada.
Cicatrices que irán sumando amor al árbol del pecho y desaparecerán de esa orilla como todo rostro de hombre o albatros.

Foto unsologato.

viernes, noviembre 19, 2010

Vasos de culo



Todos los vasos de culo. Cristal de sangre. Cristal de malbec. Alcohol de herida cotidiana. El culo de cada vaso en noche húmeda. Con vagina o sin vagina para circular el aire. Aire que alucina vientos racimos vasos reluctantes. Cristal de saliva. Aire negro de cristal. El culo de los vasos no mira nada de otros agujeros: corazones o tripas que se derraman en cristal de vómito blanco. Cristal de pus-pez-paz. Penicilina o clonazepán. No solamente la kínesis del somatizador que saca en sus harapos a relucir las vísceras. Cada pájaro de cristal a su carroña inmaculada. Y los vasos de culo limpitos mirando una escena menos desdichada: cómo se abren ventanas que aún no han sido trazadas por mano temblorosa.

Cristal de cada boca en su beso sin fondo.


Foto unsologato.

miércoles, noviembre 10, 2010

Pared-Piel-Papel



De pared a pared. Ni siquiera piel de papel. Papel de pared en piel de labio interior que permita escribir o no escribir: vagina dulce o sólo eyacular cuatro palabras. Cuatro, no más que cuatro pezones. El exacto número de paredes que aniquilan la intemperie. Así con cuatro dedos cercenados chorreantes de sangre usados como lapiceras que no señalan la pared más telúrica. Apoyar el oído en ese papel pared A4 y no escuchar el gemido ni la radiofonía del pletórico en huestes dérmicas. O manos vacías. Sin que importe la cantidad de dedos A4 en toda la pared de papel. Y una sola mancha roja casi negra en el vómito que cauterice definitivamente la grieta. Esa grieta en la piel pared donde supura otro sol.

Foto unsologato.




El Tiempo Buenos Aires Aerod.