miércoles, junio 27, 2007

Horizonte con barco.

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Decir el horizonte y permanecer en su silencio. Negar la extensión de la mirada cuando todo es hacia adentro. Los ojos en los ojos cuando la piel no es mar, pero sí árbol de una orilla imaginaria. Y el barco alejándose de los acercamientos y el muelle sin abrazos. Y el horizonte pidiendo explicaciones más elementales. Quién se desnuda de viento, quién desata la tormenta. Cuerpo a cuerpo atardeciendo: a estribor y babor en el vaivén de la cópula. Aunque nunca nos abrazamos en aquella isla, salvo en palabras de barquitos de papel.
Amor navegante y el horizonte en silencio.

(Oh, capitana,
mi capitana con nombre de mar!!)


Foto unsologato, Isla Robinson Crusoe.

miércoles, junio 20, 2007

Una vela encendida

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Una vela encendida para que haya suficiente oscuridad. Y el rostro regrese a sus ojos de no saber. Y la incertidumbre sea pareja y líquida en ir diciendo caminos. Caminos cada vez más parecidos al abrazo. Abrazo de nadie o de algo desconocido. Y no se abandone el cuerpo en cualquier fuego. Y el fuego sepa el adentro de cada quien desesperando en su ternura de animal nocturno. Y haya suficiente silencio para desnudarnos en una habitación sin tiempo. Habitación tan blanca para que la oscuridad no nos devorare en una sola frase. Y la tristeza derrotada por la llama de una vela.

Foto unsologato

miércoles, junio 13, 2007

Ouróboros de hoja amarilla

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Una sola hoja amarilla. No hace falta más que esa hoja caída del árbol para comenzar el juego. No importa que el árbol esté lejos y que nunca haya sido abrazado por una mujer tan bella. Tan desnuda. Tampoco importa que las bocas no saboreen ese pan. O el beso caído sin lenguas de otoño. O que todo resulte deshabitado y confuso a esa hora del mediodía. Confuso en letras que pueden ser cualquier objeto o señales de oráculos inauditos. Y la hoja se salva por su propia ilegibilidad en un trazo de sueño cuando despierta en la habitación blanca de otra fuga. Y sólo queda el amarillo sin ningún soporte real. Ni cuerpos ni almas pendientes de una hoja. Una sola hoja amarilla.

Foto unsologato

miércoles, junio 06, 2007

Caminos 4364













Caminos que bifurcan la luz. Como cualquier gesto del vacío. Luz incompleta. Luz sacrificial. Aunque nos soñemos tan idénticos en intemperies y en árboles que abrazan. Árboles que necesitan nuestras pieles para aparearse con un solcito de esa tarde fría. Tan sucia la tarde en su memoria de niña. Y no hay suficiente oscuridad en el mundo, ni en cada rostro de estos animalitos humanos, para que seamos condenados a una tristeza que abarque todas las coordenadas del juego. Aunque los disfraces de dicha compulsiva y las máscaras de antagonismo desfiguren los rasgos del árbol. A veces nos basta con ser árbol y creer que la sombra es el único acto de amor posible.

Foto unsologato, Baires.
El Tiempo Buenos Aires Aerod.