Luz de incertidumbre

Luz que abre la ausencia y cierra las manos. Las manos vivas aún. Manos cerradas sobre objetos insignificantes. Tomadas por otras manos en ansiedad de asir lo invisible. Lo que no dice la luz en su obsesivo monólogo sobre el vacío de las formas. Luz pura. Luz sin deseo. Luz sin manos. Sin agujeros de cuerpos destructibles. Manos para sujetar el vómito. Luz carnívora. Luz de amantes sin manos, sin piel. Manos que acarician las cenizas de un amor lucífugo. Luz que no regresa para abrir la ausencia en otras manos.

Foto unsologato.

Círculos concéntricos

Primer círculo de cuerpos que sueñan otros cuerpos. Deriva genital acromática. Viaje de piel pintada de blanco. Obsesivo blanco para acurrucar luces de adentro. El segundo círculo puede ser un infierno de cabezas separadas de los cuerpos que apenas se piensan en ratos libres. Tedio blanco iluminando las superficies más incónditas. Blanco sin garzas de fuego, ni nubes, ni mortajas. Ausencia de cielo. Círculo sin abrazo perfectamente trazado desde afuera. Así se suceden los círculos en torno a una indeterminación que viene de las profundidades. Sin castigo blanco. Sin culpa gris de una mano, un ombligo. Sin necesidad de repetir la línea que no tiene comienzo ni fin en otro cuerpo. Quizás celebración blanca del deseo. El último círculo iguala en amplitud onírica al primero. Los cuerpos conservan su esplendor hasta el acto de ilusionismo que los mantiene vivos en la cópula. Perfecta cópula circular

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Foto unsologato, La Plata, Teatro Argentino, Junio 2008.

Cuatro ladrillos y dos globos

Cuatro ladrillos de incertidumbre. Dos globos en ese cielo gris. Aún desnuda, el cielo gris. Ningún espejo. Los ojos al cielo. El cielo de piel. Ladrillos de catedral. Como se construye un amor con dos globos y mil ladrillos. Uno rojo, otro azul. Cuatro ladrillos sin ombligo. Tan bello tu ombligo. El cielo de piel. Pero cuatro ladrillos dudando de los cimientos. Aunque firme la catedral a la deriva del abrazo ascendente. Cielo gris de dos globos abrazados. Uno azul, otro rojo. Cuatro ladrillos que abren el cielo.

Foto unsologato, La Plata, Junio 2008.