domingo, septiembre 12, 2010

Cheshire





Acaso me descubro una sonrisa que quedará flotando en medio de la oscuridad. Una sonrisa no del todo etílica, no del todo dialéctica. Una sonrisa que no lleva la noche hasta las últimas consecuencias de un cuerpo cansado. O tal vez sea una sonrisa de árbol con flores amarillas al mediodía y no mi sonrisa. O una sonrisa de gato que sabe elegir un tejado voluptuoso eyaculado de sol. No hay trucos de luz en esos dientes y boca que hacen del silencio un cielo crispado. Quizás sea una sonrisa humana que ajuste penumbras de cemento frontal o parietal. Y el libro se abre en esa página que no alcanza a ser leída con los puños apretados. O es tu sonrisa desnuda mientras te acariciás los pezones que apuntan al sol donde todo sonríe sin paredes, ni pantallas. Acaso la sonrisa que me descubro esta noche de jueves sea real, nada más que real.

Para M. amada.

Foto unsologato.
El Tiempo Buenos Aires Aerod.