Jardín Zen I
Ni tus huellas ni mi rastrillo sobre la arena que ha caído del cielo de las ausencias cuando todo se ordena en torno a la lámpara que no necesita luz ni oscuridad para permanecer equidistante de nuestras muertes en la tranquilidad de las cinco piedras que sostienen el vacío en medio de la noche sin ojos ni labios ni movimiento de cuerpos entrelazados.
Foto unsologato.