Luz delirio
Del gesto mínimo de la mano extendida al asco en intemperie cerrada. O el pan mordido por una luz que no se deja guardar en el ombligo. Ombligo nido de ácaros. Suciedades que arrinconan la esperanza del resfriado. Mocos: otra forma de llorar según dictamen de esa luz, no exenta de crueldad O ignorancias paralelas al despojo en quietud de pieles bruñidas. Quietud de muerte aunque luz en movimiento. Siempre movimiento, sea el agua entrando hasta el fondo de los pulmones o la mano llevando el revólver a la sien. Pero desdramatizar el florero quebrado. El cristal más puro sin una sola gota de vino. Y la garganta por donde no pasan alimentos pero sí luz. Luz con preguntas de náusea golpeando paredes blancas del mismo encierro.
Foto unsologato.