lunes, abril 24, 2006

Simulacro con luz.

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Simulamos amarnos y simulamos no amarnos, como si la luz debiera confirmar o desmentir a cada instante esa precariedad. Ya no sabemos qué cuerpo es real y qué cuerpo imaginario. Lo mismo nos sucede con eso que llamamos placer y esa otra orilla del dolor. Nos extraviamos en un laberinto de deseo y tedio que nosotros mismos construimos en interminables tardes frente a los grandes ventanales que miran el mar y siempre están llenos de luz. Una luz presumiblemente real pero que no es suficiente para que alcancemos algún grado de certeza y veracidad en nuestro amor. Tampoco el mar, a pesar de su prestigio de conmutador de infinitos, nos sirve de gran cosa. A veces el brutal contraste entre su inmensidad y nuestra insignificancia nos llena de aflicción. Por eso no nos queda otra alternativa que continuar simulando que seguimos vivos, que podemos ir de un lado al otro, ocuparnos de ciertos negocios e intentar formular esas inútiles preguntas siempre destinadas a la luz, aunque de antemano sabemos que la luz nunca habrá de responder.

Foto unsologato

7 Comments:

Blogger fgiucich said...

Es que simular vivir es ya un gran logro. Bella foto. Abrazos.

abril 24, 2006 6:11 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Las preguntas que uno se hace, aunque pueda parecer, no quedan en el vacío. ¿No será que el que no obtiene la respuesta es porque su ansiedad no le permite esperarla? La respuesta siempre llega; a veces de un modo inesperado; es cuestión se saber interpretar cada respuesta para saber a que pregunta corresponde.

abril 25, 2006 2:57 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

La belleza, miGato, la angustia y la belleza de saber que sólo nosotros nos podremos responder.

Pero ¿quién te dijo que todo tiene que tener respuesta?

Deja que el sol se transforme en rosa amarilla.... Esa es la mejor respuesta que puedo ofrecerte esta tarde. Y besarte. ;-)

abril 26, 2006 10:19 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Son altas las aguas que me atrapan. Y vuelo perdida entre tus luces infinitas que han borrado su voz.

No sé si hay mares para estas aves ciegas, acaso ténues artificios que traigan hasta aquí tus tibiezas.

Me perderé en estos ocasos salvajes, olvidando la suave presencia de las arenas nuevas, cuestionando por la eternidad el sonido de tu nombre, gritando el perfume de la única tarde que fue nuestra.

abril 26, 2006 6:56 p.m.  
Blogger alma... said...

saludos para ti mi queridos, desde este otoño de imagenes simuladas...
solo para dejarle unn abrazo y los ronrroneos pertinentes.
cariños para usted.

abril 26, 2006 10:30 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy buen tratado de contraposiciones; el manejo de ellas parece un entrenamiento infinito. que la imaginación no cese de buscar nuevos desafios.

mayo 02, 2006 3:26 p.m.  
Blogger franhilz said...

seres humanos
atrapados
en una telaraña
de luz

quién los dejó allí?

mayo 23, 2006 2:38 p.m.  

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