jueves, enero 06, 2005

La cuchara.



No puedo aceptarla. Es una hermosa cuchara. Sé que no es una cuchara cualquiera y que te debió costar una suma considerable. Pero lamentablemente me es imposible aceptarla. Te explico las razones para que no pienses que es un desaire o un mero capricho.
Se debe a la gran cantidad de objetos que existen en mi pequeña casa. Si acepto la cuchara tengo que quitar alguno de esos objetos que ya ocupan su lugar preciso y exacto. Por ejemplo, para que la cuchara ocupe el lugar del sacacorchos de níquel, debo desplazarlo hacia el azucarero de plata que solamente podrá ser movido dos centímetros y medio en dirección sur, hacia las tenazas para hielo, lo que provocaría que las tenazas se superpusieran peligrosamente, entrando en indeseado contacto con el servilletero y eso sí que es inadmisible, porque el servilletero es de los primeros objetos que se ganaron su lugar exacto y milimétrico en este pequeño universo doméstico. Realmente la cuchara me gusta y nada me agradaría más que poder hacerle un lugar, pero resulta absolutamente imposible.
Veamos esta otra alternativa. Me arriesgo a quitar de su lugar el pisapapeles veneciano, regalo de mi bisabuelo y trato de ubicarlo adyacente al tintero, lo que podría ser de por sí, un desastre, si se llegara a derramar la tinta negra, pero supongamos que eso no suceda. Para eso debo mover un centímetro con dos milímetros el gato tallado en madera de sándalo de la India y ya fui advertido que el gato, una vez que encontró su posición perfecta no puede ser movido bajo ninguna circunstancia. Es inútil también intentarlo por el lado del cenicero que proyecta los arco iris de la tarde, eso sería aún más nefasto.
Mejor llévate la cuchara, prometo que si algún día llegara a quedar un lugarcito disponible, te aviso, me la traes de vuelta y tratamos de ubicarla sin peligro ni daño para nadie. Es una cuchara realmente hermosa que me gustaría tener en casa.
Posted by Hello

7 Comments:

Blogger Juanita Díaz said...

Es linda la cuchara !!, yo la quiero si me la regalas, aunque por espacio tengo problemas similares. Pero mis cosas son relajadas y no les importa que las mueva un poco. Pero un poco.

Ah! te dejé comentarios en mi blog y voy a postear una líneas del seminario de hoy.

enero 06, 2005 10:41 p.m.  
Blogger Cpunto said...

La quiero yo también. Me sobra espacio y ganas de llenarla de algo bueno y llevarla a mi boca. Manjar, mermelada, salsas varias.
Su concavidad perdida tras mis dientes.

enero 06, 2005 10:56 p.m.  
Blogger franhilz said...

Un sub-producto increíble en este vicio de leer y escribir blogs es que se va tejiendo una inconmensurable telaraña de viviencias y recuerdos olvidados.
Esta nota de la cuchara me trajo, como un rayo, un poema escuchado-leído hace muchos años...

"Rock on- gold dust woman
Take your silver spoon
And dig your grave..."

La cuchara de Unsologato es de otro tipo y tiene otra finalidad, pero ahí está - una loca asociación de imágenes entre esa olvidada cuchara de plata desde las brumas de un pasado al que quisiera volver (aunque sea pecado!) hasta estas esquinas del ahora, llenas de luz.

"Rock on- ancient woman
Follow those who pale
In your shadow... "

La cuchara de Unsologato habla, para mí, de la plenitud de vida. De que, de alguna manera, cada vida es perfecta en sí misma y tratas de cambiarla deja de ser ella. El asunto está en que - loscambios que toda vida tiene ¿eran parte de ella? ¿o vinieron de otra parte a destruirla per se?
Por bello y nuevo y atrayante que algo sea - no lo traigas aquí - si no es parte de mi vida.
No sé - es una postura.
Yo diría - ¿hay algo bello que quiere venir? - Abríd portones!

enero 07, 2005 12:53 a.m.  
Blogger unsologato said...

Doc. Notable tu asociacón y juego y enriquecimiento de esta simple y compleja cuchara. Me puse en la mente de un "obsesivo compulsivo atrapado por los objetos y las manías", ese fue el juego que me plantee al escribir esto. Quizás se me escaparon algunos rasgos de bondad al quererla pero no poder aceptarla... También hay algo de esa relación afectiva que entablamos con ciertos objetos, quizás con un poco de nostalgia por los que hemos perdido. Todavía peno por una amatista bellamente facetada, regalo de una tía y que me robaron en La Paz junto con 25 CD (desgracia del melómano). Pero eso nos sirve para no ser apegados a las cosas (y viajar con copias de CD, no originales). Nos queda la memoria para seguir edificándolas.
Gracias por la telaraña que vamos construyendo.

C. Quizás quieras esta cuchara para los calamares o el postre o la próxima comida rica que prepares en tu blog. Es tuya!!!

Gracias a todos!!!

enero 07, 2005 9:33 a.m.  
Blogger Cpunto said...

Doy la vuelta, y pienso que hay personas que vagan como bellas cucharas, admiradas desde lejos, nadie se atreve a poseerlas,

Soy responsable de mi rosa... -repitió el principito, a fin de acordarse.

enero 07, 2005 9:54 a.m.  
Blogger Soledad Pascual said...

Principesa, no sólo sus palabras son bellas, su corazón, es aún más imprescindible, que sus provocadoras palabras...
...Tengo en un cajón dibujos hemafroditas y cartas con hombres delgadísimos...
...unsologato y su constante exaltación del verbo, del número y de la belleza....
...doc, eres como un maestrísimo baúl recubierto de constantes antis....masas...
saludos

Lobapariendo

enero 07, 2005 2:33 p.m.  
Blogger C said...

De inmediato relacioné ese enmarañado e infinito cálculo de cada detalle del mundo con varias personas que conozco, algunas de ellas declaradamente obsesivo-compulsivas y otras serias candidatas a serlo. Pero es cierto, la cuchara tiene un matiz que me lleva a pensar en esas pérdidas que no evaluamos en su justa medida, de las que nos distraemos en circunstancias y condiciones, pero que luego, mucho tiempo después, terminan doliendo más de lo que jamás llegamos a imaginar.
Gracias por tu comentario en mi blog. Creo que me tendrás por aquí muy seguido.
Un abrazo.

enero 10, 2005 1:19 a.m.  

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