jueves, diciembre 30, 2004

Tragedias del 2004.

Ahora estamos un poco más muertos que antes. No habíamos sido lo suficientemente castigados por bombas, balas y tornados hasta que llegó la ola y se lo llevó todo. No quedó ni la reposera donde estábamos echados al sol disfrutando de unas merecidas vacaciones, no quedó el martini con la aceituna, ni la cacatúa que nos saludaba todas las mañanas. Flotamos a la deriva como cientos de otros cadáveres que se abrazaron espantados a restos más añejos de Atocha y de niños rusos masacrados en septiembre. Así nos seguimos muriendo, por obra del hombre o la naturaleza, para que el horror sea interminable, para que la lista de huérfanos y viudas siga agregando ceros y engrosando estadísticas de hielo, para que el duelo nunca se detenga y los crespones negros y las banderas a media asta sigan siendo los adornos constantes de la humanidad.
Querida muerte: No es el fin, sólo una puesta más en escena de tu hermana -la Tragedia-. Aún somos muchos los que estamos de este lado de las pantallas de la vida, tratando de resistir tus embates furiosos. Todavía podrás pavonearte y seguir montando tus atroces espectáculos. Es posible que aún queden varios miles de años de hombres vivos sobre esta Tierra. El juego continúa. La humanidad sigue recorriendo el despiadado laberinto y buscando su estrella...

Posted by Hello

7 Comments:

Blogger Nestor said...

Algunos buscamos la otra muerte, esa que nos redime entre dos piernas

diciembre 30, 2004 11:28 a.m.  
Blogger franhilz said...

Exactamente Unsologato, la Humanidad sigue adelante, entierra sus muertos y sigue adelante.
Lo único que se la pelea a la muerte en masa es más ciencia, más tecnología, mejores organizaciones, mejores comunicaciones... pero, a fin de cuentas, mejores personas cargo. Y no me refiero solamente a gobiernos o política, si a todos, mejores funcionarios, burócratas menos burócratas, una media que busque calidad y no popularidad, En fin la responsabilidad cae sobre todos los que pueden hacer oir su voz.
Es necesario, pero no basta con llorar a los muertos de la irresponsabilidad. Hay que hacer algo para qu no vuelva a ocurrir.
Gracias.

diciembre 30, 2004 12:47 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Para qué?
Como humanidad; para dejar de mirarnos el ombligo, para dejar la soberbia atrás. Para volver a mirar hacia Dios.

diciembre 30, 2004 2:36 p.m.  
Blogger franhilz said...

No. Absolutamente no. No hay que dejarse arrastrar por el fatalismo religioso de Anónimo, aquí arriba.
Podemos y debemos tomar responsabilidad.
"Si buscas una mano que te ayude, la encontrarás en el extremo de tu brazo".

La "aceptación" de catástrofes "porque Dios o el Cielo así lo quiso" es absurda e irrelevante. O nos volvemos adultos como Humanidad o seguimos rezando para que no exploten los volcanes.

diciembre 30, 2004 4:59 p.m.  
Blogger Francisco said...

Llegará el día en que Dios como tal desaparezca y encontremos una respuesta lógica a cada pregunta que nos formulemos, tal como ocurrió con el dios de la fertilidad, de la guerra, de la cosecha, del vino, del pisco, de la cerveza, del sol, la luna, las estrellas, del amor, del desamor, de internet y de los PC.

Mientras exista el unico Dios occidental que nos queda, no lo culpemos de los desastres, tampoco de las muertes ... es un ciclo cruel pero cierto : estamos marcados por la furia de Gea de nuestros propios desastres de nuestro propio desamor a la casa donde vivimos y que aún no terminamos de conocer.

diciembre 31, 2004 3:25 a.m.  
Blogger Roberto Arancibia said...

Señor poeta: El 2004 termina un poco loco, y triste. Pero la vida sigue. Así que te dejo un saludo y hartas ganas que el 2005 te resulte todo bien.
Ultimo día del año, último comment.
Un abrazo desde El mundo sigue ahi.
Happy Blogging!

diciembre 31, 2004 5:15 a.m.  
Blogger unsologato said...

Seguiremos transitando los caminos de la perplejidad y la incertidumbre... esta mañana se agregó una tragedia porteña, de mi Baires... ay ay ay...

diciembre 31, 2004 1:45 p.m.  

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