lunes, mayo 15, 2006

Grita.

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Ahora grita. Grita. Grita fuerte como gritan las tempestades. No le grita a las paredes, ni a las puertas, ni a a las ventanas. Me grita a mí que posiblemente también soy pared, puerta o ventana, aunque nadie pueda afirmar semejante cosa sin meterse en el barro de coordenadas algo aberrantes. Sí, aberrantes.
Grita cosas feas, horribles, de esas que ninguna pared deja escapar por rendijas de ternura o ventana que se asuma como parte del sol, un sol extraño y a veces desquiciado por nuestras sombras o gritos más antiguos que los de esta noche sucia.
Grita hasta que se cansa de gritar porque esas mismas fealdades se le han venido encima como un enjambre de avispas y ella odia las avispas, esas avispas coloradas que siempre buscan los párpados o los pezones para clavar sus aguijones llenos de veneno. Le dan pavor las avispas que ella misma vomita por esa boca tan delicada o porque de pronto la invade cierta piedad hacia esos objetos de la casa que nos hacen la vida menos miserable, pero que no quieren escucharla cuando grita de esa manera tan injuriosa sin poder controlar el daño irreparable que le termina causando a esas pobres puertas, paredes y ventanas.


Foto unsologato.

5 Comments:

Blogger Enigma said...

Un humano objeto u objeto humano tiene mas dignidad que quiza, muchisimos que no se saben siquiera asi.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

mayo 15, 2006 3:12 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Sabias palabras las tuyas,felino.Realmente gritar es una gran terapia,pero te recomiendo otra:lee un texto,crea una imagen en tu mente y demuestra,escribiendo,cuan volátil es tu imaginación.Tus textos me permiten liberar mi mente y plasmar mis pensamientos en la pantalla.Tu entrada me ha inspirado este pequeño texto.Gracias.

Ella era en si misma y en sus acciones la voz interior de una sociedad dormida a la que de vez en cuando conviene hacerle gritar,una sociedad dormida a la que conviene despertar para que salga de su adormecimiento y rompa el silencio para abrirse a un mundo ciego por las corrupciones,las mentiras y el libertinaje,pero sediento de cambios,reformas y libertades.Ella formaba parte de una sociedad efímera por la que se sentía engañada,convertida en un simple muñeco de trapo en manos de esa misma sociedad que le ofrecía una visión alentadora de un paraíso platónico,inexistente,inalcanzable.

Cris,15 años.España.

P.D:He observado que eres un melómano empedernidoasi que te recomendaré un par de obras que seguro que has escuchado pero no puedo dejar de citar:"El claro de luna" de Chopin y "Las variaciones Goldberg" de Bach.

mayo 16, 2006 5:52 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Sabías que "El grito" de Edvard Munk está desaparecido? Cuando uno grita provoca una variación no sólo emocional, física, anímica, si no que produce vibraciones que se trasladan por el universo.
Hace unos días cenábamos y recordamos a un amigo fallecido. Al día siguiente, su madre, que nunca me llama, lo hizo. Nada es csual. "Esos gritos de ella", ¿no serán los que el poeta necesita para motivarse y expresarse como nadie no lo hayan hecho aún?
Un abrazo de osos

mayo 16, 2006 6:09 p.m.  
Blogger unsologato said...

Agradezco comentarios, con felino entusiasmo los agradezco.

Abrazoceánico!!!

mayo 18, 2006 11:59 a.m.  
Blogger franhilz said...

hay una desesperación existencial casi animal en estos relatos de fondo negro
los maniquíes protagonistas mueven sus espíritus humanos, muy demasiado humanos, a la luz de unas estrellas cada vez más lejanas y estáticas

mayo 23, 2006 2:29 p.m.  

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