Ventana de la tarde del 14 de noviembre de 2008
Ventana que no mira la luz del pecho. Consuelo abierto al desconsuelo sin manos en la tierra. Sin tierra en los árboles que hacen la flor. Una flor de bordes filosos: navajas de luz en la ventana que busca otro pecho. Otras manos que no acaricien sólo aceros y cementos de la tarde. Desconsuelo abierto a la nimia inminencia: flor de jacarandá en la suela del zapato. Zapato de mujer. Taco en el ojo de la tarde. Mujer junto a la ventana que no mira el pecho de la luz en fuga. Luz descalza. Luz sin ventana.
Foto unsologato.
2 Comments:
esos pequeños momentos y espacios
pintados con pincel de poeta.
un aplauso por la lumínica descripción
desde una ventana lejana.
Me pregunto cómo se calzará la luz para estar en el lugar y en el momento adecuado.
Qué suerte que "las espadas de luz" no están afiladas. De lo contrario deberíamos vivir ocultándonos de ella para que no noa quite lo que más amamos.
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