jueves, noviembre 01, 2007

Jardín Zen II

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Mar de arena crispada. Reflejo en el cielo de las negaciones cotidianas. La escasez de recursos mantiene un delicado equilibrio en ese desierto acotado a la unidad del corazón (mentira piadosa del niño asustado). No importa que la duda y el miedo tergiversen el sentido de las cinco piedras que permanecen en el centro del pequeño rectángulo. La imposibilidad de encender la lámpara no es definitiva. No sabemos qué piedra mover para que la arena recupere la calma.

Foto unsologato.

7 Comments:

Blogger nat said...

Me ha encantado tu blog.
Bellos textos y fotografías como ésta que son preciosas.
Me encantaría ´poder exhibir tu trabajo en la bitácora colectiva que edito "Antaria y Poesía"
Piénsalo y di que sí.
Desde el otro lado de la cordillera, un abrazo.
Nat

noviembre 01, 2007 1:27 p.m.  
Blogger Bai said...

Mar de arena crispada...

Reflexión que remueve sentimientos, palabras, piedras... Ya la alcanzas y no tendrás que mover ni un centímetro de verso de tu querido rectángulo blanco.

...recupere la calma.

Beso sereno para tus palabras que siempre me acercan a la belleza. Gracias.

noviembre 01, 2007 3:06 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

El niño teme, el poeta escribe, el hombre atraviesa los desiertos y recupera la calma sin mover nada más que a sí mismo, que es lo mismo que mover todas las piedras y todos los mares.

noviembre 01, 2007 9:43 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

PS:

ocho rrrrroooonnnn en un desierto de incertidumbres arenosas.

noviembre 02, 2007 9:38 a.m.  
Blogger franhilz said...

excelente!

me gustó todo
la foto
el texto
el ambiente

ecología poética sinigual

muy bueno, amigazo

noviembre 13, 2007 2:02 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Por qué será que hay que arrastrar "rocas" tan pesadas para construir la propia "pirámide"? Hay muchos sentidos para tratar de sobrellevar las contradicciones. Cada combate terminado es una piedra menos en el camino. Sonrie, cada ciclo es como una vuelta más en la espiral eterna que nos va llevando por espacio que a veces, por desconocidos, nos causan cierto temor. Lo esencial es que el proceso no se detiene. Estás embarcado en él y en la medida que expreses lo "tuyo" seguirás avanzando. Un abrazo de osos.

noviembre 14, 2007 5:08 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

arenas ...piedras...falta el mar , señor poeta. Ponga el azul a su paisaje monocromático o tal vez un mandala que le ilumine los ojos ...y le dibuje esperanzas en el cuerpo...tal vez

Luna

noviembre 20, 2007 9:06 p.m.  

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