Borrador de amor y muerte
No soy Scheherezade ni ella es es el rey Schahriar aunque tiene poder absoluto sobre mi persona. Es nuestro juego. Tengo menos de cuarenta minutos para escribir algo que la conmueva. De lo contrario me pondrá el cañón del revólver en la boca y disparará ese último beso de plomo. Después quizás mojará el dedo índice en mi sangre y escribirá en las paredes una de sus frases absurdas.
El tiempo vuela y las musas no acuden a mis ojos. Estoy ciego y el pánico que me va invadiendo se huele en el aire. Esta no es la forma de conmoverla. Lo sé. Me siento perdido. Me estoy ganando ese balazo con tanta torpeza.
Vuelvo a intentarlo.
Quizás, señora mía, usted prefiera que vayamos al teatro esta noche y después hagamos el amor, en vez de convertirme en ese cadáver que le viene prometiendo desde hace tantas noches a las diosas de la venganza. Quizás hasta pueda usted simular que este relato le ha tocado algo íntimo y me renovará el plazo hasta mañana. Aceptaré complacido esa mentira.
Me permito una sugerencia por si hoy me llega la hora: que apriete el gatillo en el instante de la cópula en que ambos al unísono gritemos la única verdad.
Foto unsologato.
5 Comments:
Wow, has logrado sacarme suspiro tras suspiro. Seguiré leyéndote en silencio.
Con eso convence a cualquiera. Beso.
Me parece muy adecuada la relación con "Las mil y una noche".
Deja lugar a sucesivas "noches".
Uf!, si esa propuesta fuera para mi, yo la aceptaría. Pero sería arriesgado, porque cada noche pediría un cuento que me tocara el alma y así volver a aceptar... tal vez más que mil y una noches.
Un Beso
mmmm...usted si que sabe como despertar el perdón...pero yo dispararía...al centro mismo del rojo sangriento del ultimo beso de su desesperanza...y nunca , nunca mas volvería a amar...
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