Cuadraditos blancos y negros

Mirá pibe, acá lo importante es que cada oscuridad esté en su lugar y a cada lugar le toque algo de luz, aunque sea un poquito, pero algo. Porque no todo puede ser con esa luz que vos creés que llevás en los ojos o en la piel de la mina cuando se abrazan y hacen sus cositas. Es complicado. Porque esos cuadraditos tipo cajitas, así como los ves de simples y rutinarios, llevan cientos de años en su autoformulación y nosotros hemos sido nada más que espectadores que han tratado de interpretarlos y descifrarlos. Te diría que casi siempre hemos fracasado en el intento, pero ha valido la pena, aunque todo haya terminado en una especie de castigo bipolar. Tratá de mover una sola de esas estructuras blancas a ver si te resulta. Viste que no es tan fácil. Dale, con más ganas. Nada. Sí, ahora venís con que si se le cambia el color podría verse distinto todo el sistema. Apariencias, nada más que apariencias. La interminable búsqueda de los grises de siempre. Pero aquí la cosa no es así: blanco y negro, y con eso te las tenés que arreglar para soñar lo que tengas que soñar. Y si no te sale estás jodido, ellos no van a cambiar, llevan ahí mucho más tiempo que nosotros y les importa un pito lo que hagamos o dejemos de hacer.