viernes, noviembre 26, 2004

(J.S.Bach. Suite Francesa Nº 1, BWV 812)




Un día después releyó el blog y decidió cambiarlo, porque todo está en constante mutación: ... Y dijo: “Bach, querido Bach”. También dijo: “piano y Glenn, querido Glenn Gould ”. “Bach está muerto y Glenn también está muerto pero los escucho a ambos”. La música fue el consuelo de la cola del banco, de los ruidos de la calle, de la incertidumbre, de los muertos de Irak y de los cisnes de cuello negro en el sur de Chile, y de tantas otras desdichas reales o imaginarias.
Cuando terminó de escuchar la suite francesa Nº 1, se conectó a internet y por obra del azar hizo un clic en un blog que nunca antes había visitado donde leyó lo siguiente: “Hermano, usted lo sabe, pero se hace el tonto: es todo la misma mierda, el mismo tedio insoportable, fíjese en ese boludo al que le suena una fuga de Bach en el celular, y se cree una especie de médium de todas las perfecciones de la música occidental o los hijos de puta de los nazis que despachaban a los judíos haciendo sonar a Wagner en los altoparlantes de los campos de concentración, o mire esa casa con rejas y perros en la puerta, puede que ahí viva una descendiente de alemanes que le pone a su telefonito la cabalgata de las walquirias y sonríe cuando alguien menciona el nombre de su general de mierda...”

2 Comments:

Blogger unsologato said...

...Y sí... estas cosas pasan... pero la música queda... también puede que no nos veamos ni en Bach ni en Wagner, pero sí en Mozart... Si decís algo de esto prometo mostrar los ojos de Mozart, que era un tipo muy simpático... Animate... Chau.

noviembre 26, 2004 9:38 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Wagner no se paseó nunca por Mathaussen ni Auchwitz. Nadie le preguntó si quería sonar ni ahí, ni en un celular...

agosto 09, 2005 9:12 a.m.  

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