lunes, agosto 30, 2004

Último poema de Agosto 2004.



Ella no quiere que en estas ínsulas aparezca el último poema de Agosto. No es que no le guste el poema, ni siquiera lo ha leído, sólo quiere que escriba otra cosa. Que cuente algo del tedio del fin de semana o de la lectura del Fedón interrumpida por su piel y algo de placer. O que incluya algún pequeño comentario de esa obrita de Rameau para clave, violín y viola da gamba.
Ella preferiría mil veces que estos guijarros dijeran algo de El arca rusa, la hermosa película que vimos anoche. Pero no puedo traicionar ese último número de Agosto. Ella no lo va a leer, pero eso no tiene ninguna importancia, quizás nadie lo va a leer y eso tampoco va a cambiar el simple hecho de que ese numerito esté ahí puesto con todo su silencio alrededor y su precaria magia y sus torpezas o aciertos.

(3347) 30.08.04

...lo que se dice por error
o la emoción contrariada
en su luz propia
como si sólo existiera una pared blanca
con un sol que se aleja
de toda forma humana
hasta que la calle por sí sola
reencuentra los pasos del fantasma
que pregunta
por esos restos de conversación
que no tuvieron abrigo en el pecho desnudo...

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

..pero encontraron refugio en una espalda junto a unas caricias de seda...

julio 11, 2005 2:22 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

en un abrazo eterno.

mayo 13, 2006 10:52 a.m.  

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