Suite Francesa Nº 1 de Bach y “Cuaderno Reloj de arena”.
Te escondiste en la Suite Francesa Nº 1 de Bach y saliste por la puerta de atrás. Te estaban esperando y no les importaba que fuera Mr. Leonhardt quien interpretara esa obra Bach en clavecín, ni que llevaras apretado contra el pecho el “cuaderno reloj de arena”. Cuando ya estuviste a salvo, lejos de esos tipos que te querían causar daño, un daño desproporcionado con la falta –si es que la hubo realmente- te sentaste en la plaza y abriste el cuaderno, como siempre al azar, porque ese tipo de cuadernos siempre se deben abrir al azar. El clave seguía sonando quizás para esos árboles que suelen prestar atención a ese tipo de detalles y leíste los versos del día anterior, no estaban mal. Volviste a cerrar el cuaderno y pensaste que si te hubieran atrapado y hubieses logrado zafarte unos segundos sólo para abrir el cuaderno y leerles esos versos, los tipos te habrían dejado ir, no porque les gustase la poesía, sino por otras razones más misteriosos y acaso incomprensibles. Quizás habrían arrancado esa página y te la habrían hecho tragar con violencia, pero no te habrían hecho nada de eso tan brutal que se decía en el “cuaderno reloj de arena”.
El tiempo en la plaza transcurre según la arena del reloj del cuaderno. La plaza ha sido imaginada en esas páginas, tus perseguidores también. En otra posible variación del tiempo y de la arena del tiempo quizás te habrías salvado por haber mencionado la Suite francesa Nº 1 BWV 812 y la brillante interpretación de Gustav Leonhardt.
Foto unsologato.
10 Comments:
el reloj... ese reloj...
bach..
el tiempo en la plaza...
como de antiguas melancólias,
como de día nublado...
besos para usted.
Es que la belleza puede ser destruida por la brutalidad
pero la brutalidad pasa
en su carrera demente
y la belleza vuelve a surgir de la tierra
de entre las hojas
como flor silvestre
para que el poeta la capte en palabras
Saludo al poeta!
¿"El clave seguía sonando quizás para esos árboles que suelen prestar atención a ese tipo de detalles"? Si, puede ser, he visto suaces tan sensibles que agachan sus melenas cuando suena un clave...
Te he acompañado en esa plaza, hemos estado sentados con tu "cuaderno reloj de arena". Hemos escuchado juntos a Bach y los malvados no nos han visto; estábamos envueltos por las palabras que salían del cuaderno; formaron como una nube de la arena del reloj para protegernos, para permitirnos compartir tu hermoso relato.
Un abrazo de osos.
Que lindo escribes con los granitos de arena...hasta se escuchan.
Hermoso!!! como siempre.
Una hermosa fantasía musical en clave de sol. Abrazos.
Gracias, queridos comentaristas. Un deseo: que alguna vez escuchemos juntos frente a la misma ventana esta suite francesa nº 1 de Bach.
saludísimo felino oceánico.
Absorberé todos y cada uno de los granos de arena de los relojes y del mismísmo desierto del Sahara si eso me lleva a escuchar la suite francesa nº 1 de Bach con una hormiga atómica...
Te dejo un beso quieto como el agua en el fondo de un estanque de Palermo.
música y arena, dos de los mejores ingredientes que conozco para cocinar un texto.Es precioso, enhorabuena.
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